domingo, 22 de mayo de 2011

Crónica de ébano.. Mi viaje por el Chocó


Apasionantes motivos me llevaron a tomar la decisión de viajar al místico, recóndito y espectacular Chocó, a conocer una de los departamentos que me faltaban para poder decir orgulloso que mis pies han tocado suelo de los 32 departamentos de Colombia (hasta ahora solo he pisado 23). Una verdadera travesía con singulares experiencias que me demostraban ahora  que yo, Jeff, soy definitivamente un hombre muy diferente al de hace 4 años.

Era una tarde de viernes con mucha lluvia en la capital de la montaña; Medellín, cuando mis compañeros de viaje y yo nos preparábamos para una salida por tierra como cualquiera, compramos mecato para el viaje por si las moscas.. en la taquilla de la empresa de buses nos dijeron que solo 13 horas nos separaban de Quibdó, que hubieran sido tan solo 8 si la vía principal no estuviera bloqueada por un grupo de indígenas que llevaban 3 días en ello y no tenían intenciones de dar paso; hasta ese momento me dije: “indios hijuemadres” causando problemas! Todo estaba previsto para que el bus saliese a las 19:30 y que en Quibdó estuviéramos sobre las 09:00 del siguiente día.

La Salida;
Sobre las 19:30 la señora que coordinaba el abordaje del bus que nos llevaría a nuestro destino, nos llamó por nuestros nombres y aun en frente de ella nos preguntó: ¿ustedes van para Quibdó? Una vez le confirmamos y en coro dijimos: Sí, Vamos para Quibdó! Ella con su cara de asombro nos dejó pasar y en voz baja decía “creí que iban para Armenia u otra parte”. Cuando vimos el bus en el que viajaríamos y confirmé que NO tenía baño y que además sus asientos eran rígidos y duros solo pude mirar a mis compañeros y decirles: Que Dios nos acompañe…

Al que no quiere caldo le dan dos tazas.. A mi me dieron la Olla Completa!

Este subtitulo resume mi karma de la noche, como saben amigos y conocidos a mí NO me gustan los vallenatos ni el regeton, dadas las cualidades del viaje y por supuesto las del 95 % de los ocupantes del bus, yo estaba como mosca en leche, o más bien como queso en chocolate, no había acabado de tomarme mis pastas de Mareol para conciliar el sueño y evitar marearme cuando una señora zamba la cual llamaré doña Gloria (recuerdan a doña Gloria la del metrocable? Hagan de cuenta solo que zamba) pidió a toda voz que de por Dios le pusieran música y duro porque no se oye! Según el Chunco (Ayudante de bus) el único cd que tenía en el bus era ese CD de vallenatos, el televisor estaba dañado y el aire acondicionado dejó de funcionar hace N cantidad de años. Y como el universo había conspirado para que fuera de verdad un karma, justo sobre nuestros asientos había un parlante del sonido que con solo acordarme se me revuelve todo. No suficiente con el tortuoso vallenato a todo volumen y a todo pulmón de muchos de los viajeros, doña Gloria le recordaba a todos los pasajeros que ella se marea y suele “vomitar” durante el viaje siendo muy explícita y casi realista insistía que el bus en unas horas iba a oler a “chucha, pecueca y vómito” ah! Y sin contar con que el bus olía a comida de todo tipo, sabores y calidades. Cuando por fin me quedé dormido y pude dejarme llevar por las melodías, un “alarido” sí, no cabe otra palabra, alaridos de doña Gloria que simulando hablar por celular con alguien se hacía la que cantaba con más de una #madre encima, además de una carcajada que casi desborda mi paciencia.. Oh sorpresa cuando vi que la razón de ese otro alarido era porque se estaba burlando del “Chunco” que dormía en el pasillo del bus y en un frenazo casi se sale.

Por fin llegamos a Pereira como a las 02:00 en el terminal de la querendona había gran cantidad de indígenas según parecía proveniente del litoral del Río San Juan, de repente se oyó: “ja! Qué tal tanto indio… a mi los indios no me gustan! Que ni se vayan a subir al bus! Esas indias no se dejan criar y ya están preñadas! Y bla bla bla y más bla, era doña Gloria.. triste panorama auditivo a esas horas de la madrugada y pensar que aun faltaba más de la mitad de camino. Algo curioso es que como dije antes, Doña Gloria es zamba, ella quizás no comprenda su procedencia racial pero es clarísimo que es tan negra como india; cosas de la vida. Luego de tomar otra pasta de mareol, pude dormir durante las próximas dos horas y media y solo hasta que el chofer detuvo el bus abrió la puerta y dijo: “hay derrumbes en la vía, nos quedaremos en este pueblo mientras abren paso”. Estábamos en Pueblo Rico Risaralda, que como un viajero dijo:  “ este es el pueblo de las dos mentiras; porque ni es Pueblo ni es Rico” 05:30 aun oscuro, yo con mi afro alborotado, un hambre tremenda y doña Gloria y sus alaridos: “poné música home”. Como si se tratase de una parada más de un paseo, todos los negros y zambos descendieron del bus, iban y volvían salían y entraban del bus con cierto desconsuelo murmurando que algunos habían pasado hasta 2 o tres días en trancones. Cuando por fin llegó la hora de salir, doña Gloria y el Chunco celebraban que durante su paso por Pueblo Rico aprovecharon y compraron “música” como era de suponerlo mi instinto psicológico y dadas las cualidades culturales de doña Gloria y compañía, eso que ellos consideraban música no iba a ser melodía atractiva a mis oídos: regeton, guasca, más vallenato y bachata, en esta ocasión y gracias a la presión de doña Gloria sobre el chofer, el ritmo elegido para amenizar el viaje fue el “regeton”.

¿Chocó invisible?

Podría sonar a repetición de la repetidera, que en Chocó son pobres, que hay muchas necesidades, que las vías son malas, que no hay agua potable, que los negros son corruptos y etc. Pero pasar de escucharlo, suponerlo e imaginarlo, a verlo y vivirlo es otra cosa. Cuando salimos de Pueblo Rico Risaralda era al mismo tiempo sentir que salíamos a otro país, realidades de frontera entre un departamento y otro que a la vista saltan reclamando igualdad. Carretera ínter-departamental con gran movilidad y muy, muy parecida a vías terciarías que comunican a Cali con sus corregimientos incluso me aviento a decir que muchas vías rurales están mejores condiciones que la carretera que conduce a Quibdó. En medio de la selva, en un recorrido lento y temeroso por el estado de la vía; camino de herradura sin protección alguna y hundimiento de banca en varios tramos. En estado normal esta vía en gran parte solo tiene capacidad para un vehículo por tramo y con caída directa al abismo en el mejor de los casos, porque en el peor de ellos la caída sería al caudaloso y poderoso río San Juan. Ah, sin contar con que en esta región también el invierno  ha hecho de las suyas. Tras tres horas de viaje llegamos a la comunidad de Santa Cecilia, pequeña y última población risaraldense  ad portas de donde se palpa la hermosa diversidad cultural, agrícola y por supuesto lo inmenso de su patrimonio inmaterial chocoano; lo que jamás tendrá precio pero que se podría vaciar ante la ausencia del Estado: Su Ecosistema biodiverso.

Como era costumbre en todo el viaje, en cada parada los pasajeros del bus bajaban a “estirarse”; ahí no estaba el problema, el problema era cuando el bus debía continuar el viaje porque unos salieron al baño, otros a comer otros no se sabe y espere a que se suban, por ahí dicen que es más fácil acomodar 5 micos para una foto que….. Bueno al fin continuó el viaje y seguía apreciando la riqueza natural que posee esta región COLOMBIANA, caídas de agua a orillas de carretera bosques húmedos y aun vírgenes (no les queda mucho de virginidad) ríos que desembocan uno en otro hasta llegar al San Juan, poder ver en algunas mesetas rodeadas de bosque los asentamientos indígenas con sus particulares forma de vida, tan únicos como su vulnerabilidad... fue un gran espectáculo para mis ojos.

Ya unos kilómetros después y con dirección a Tadó, se observan varios frentes de obra, sí, están pavimentando la vía!! La verdad pude entender poco el porqué de los intervalos de esta obra, lo más asombroso era escuchar y ver la satisfacción de quienes venían con migo en el bus, pude escuchar algo como “Dios quiera que la terminen..” “Por fin nos están cumpliendo” “Ojalá esa plata no se la roben…” Como les decía que una cosa es escuchar lo que cuentan sobre la situación de la región y otra cosa vivirla, de las cosas que tengo muy presente es un recorrido de unos 30 kilómetros de carretera a orillas del San Juan, solo la pericia del conductor del bus y por supuesto la voluntad de Dios impiden que la cifra de vehículos que caen al río sea alarmante, la carretera no tienen barandas de protección, la banca tan solo tiene unos cuatro metros entre montaña y la caída al río. Luego de este tramo pasamos por un pequeño corregimiento del municipio de Tadó, llamado Corcovado, un viajero que iba en el bus con nosotros se bajó allí, sus hijos lo esperaban ansiosos y saltando de alegría se preguntaban “¿Qué nos habrá traído?” eran seis niños su casa a orilla de carretera y del río San Juan no era más que un conjunto de tablas elevadas con barrotes supongo para prevenir la creciente del río, su techo de pajitas y plásticos a la vista, jardineritas como cortinas en los espacios que ofician como ventanas, gallinas se pasean por la carretera de casa en casa, y mientras el viajero saca su remesa de la bodega de bus, el niño más grandecito de unos doce años le dice a sus hermanos “es comida” felices unos agarraron las panelas, otros las demás bolsas que no eran muchas y entraron a su casa invadidos de felicidad. Solo pude pasar saliva y pensar muchas cosas en ese momento porque era poco probable encontrar razones para ello cuando la casa de esos niños no era la única en esas condiciones, filas de casas con similares características adornaban el paso por este sector.

El panorama no variaba mucho de ahí a Tadó, quizás la vía sí está apta para el tráfico pero la situación de vulnerabilidad de sus ciudadanos era la misma, un mínimo común había en todo ello aun en el casco urbano de Tadó “Obras hechas a medias” ¿podrá algún día llegar el desarrollo a una región cuando sus obras son a cuenta gotas? Mientras nos acercábamos a Quibdó no me alejaba de mi admiración por su riqueza natural y ambiental ni tampoco de mi asombro al Sub-desarrollo que vive esta región, comparaba mentalmente de lo mucho que me quejo por obras sin futuro en Cali como el puente de las ciudades Confederadas, o los cierres viales que tanto problema me traen, pero de verdad parece que el Chocó fuera otra Colombia, o por lo menos yo me pregunto: ¿Este es el gobierno de la prosperidad democrática? ¿el gobierno de las locomotoras del desarrollo? Ahh, me olvidaba que quizás por el Chocó no pasarán las locomotoras porque como no hay vía férrea, pues, ¡por donde pasarán! También me pregunto si esta región estará en los mapas de Colombia que reposan en la casa de Nariño o el Capitolio, en la misma Procuraduría. Yo pensaba antes de venir al Chocó que la culpa jamás podría ser de los gobiernos nacionales de turno, porque el Estado cumple con la adjudicación de recursos y los que se roban la plata son los chocoanos o quienes están en los cargos públicos locales.. y sí, así es, pero acaso no es obligación el Estado y del gobierno nacional velar por el bienestar de sus ciudadanos, acaso no es igual de importante que se pongan las miradas en los carruseles de corrupción que hay en esta región y que por tantos años tienen sometida la población a vivir en el anonimato y en la pobreza casi absoluta, donde el desarrollo llega para los pocos que pueden entrar y salir por vía aérea, ¿No es igual de importante que la Procuraduría y los medios asuman su responsabilidad imparcial y volteen sus ojos a esta región y nos muestren que como los Nule hay muchos en Quibdó?, que como Samuel Moreno hay cientos en el Chocó, que como Iván Moreno unos pocos se benefician de los recursos del Estado que deberían ser para toda la población? Sin necesidad que me cuenten mucho, tan solo sin llegar a Quibdó pude apreciar otro monumento a la corrupción: El Estadio de Quibdó, hace unos años el gobierno ilustre de Álvaro Uribe autorizó la construcción del estadio de fútbol para esta ciudad cuna de héroes de las canchas que tantas glorias han traído a Colombia, Coldeportes fue la entidad encargada de adjudicar el contrato para su construcción junto a la Universidad Tecnológica del Chocó, en este link podrán leer lo demás http://www.rcnradio.com/noticias/nacional/19-08-10/el-estadio-de-quibd simplemente cuando el bus pasaba por el sector pude ver la abandonada obra, elefante blanco una vez más fruto de la corrupción y de la fuente de hacer dinero que parece jamás acaba “el Erario Público.” Como saben quienes me conocen, a mi me apasiona el fútbol y la infraestructura deportiva, así que tenía varios motivos para estar pendiente de esta mega obra que resultó ser un mega monumento al desangre público. Simplemente insisto en algo: ¿Con qué cara, los presidentes de turno y las entidades del Estado hablan de progreso y desarrollo en Colombia?, hablan de lo grande que será este país en 2030, mientras el Chocó y otras regiones como la Orinoquía aun no tienen cobertura de agua potable, viven en un estado de abandono gubernamental como si no hiciesen parte de todo un conjunto nacional, ahh y es que la corrupción en la económico es solo una piedra en un río revuelto. ¿Qué tal la minería ilegal que draga y destruye los afluentes, los contamina con mercurio, que explota a los pobladores, que genera violencia invisible a la “seguridad democrática”? qué tal las miles de hectáreas de bosque vulneradas y taladas para la siembra de cultivos ilícitos? Qué tal la ausencia de la ley en esta región. La CAR Chocó no hace presencia mientras hoy el segundo ecosistema más biodiverso del mundo es flagelado por la delincuencia y quizás en pocos años no queden sino los rastros de la ambición y el poder y al mismo tiempo que los chocoanos lamentarán ser llamado Colombianos.

Gente Buena..

Definitivamente además de la riqueza natural, del potencial inimaginable de desarrollo que posee esta tierra (ojo, potencial de desarrollo sin agredir la naturaleza) aun tiene un tesoro invaluable y pese a que ha sido ultrajado, maltratado y puesto a la deriva a sangre y fuego, aun sigue intacto y es su gente, gente negra de piel pero con almas tan blancas y cálidas capaces de no rendirse y de seguir esperando oportunidades que cambien sus vidas, gente que a mi modo me hizo sentir como en casa, gente orgullosa de su raza, orgullosa de su tierra, orgullosa de ser trabajadores, de la fuerza que la naturaleza les dio para hacerlos grandes y al mismo tiempo iguales a nosotros, y no me van a creer esto, pero creo que entre ellos mismos existe cierta rivalidad, es como si no se confiase en su propia raza para salir a delante o simplemente como uno de los hijos del Chocó me dijo “Aquí, somos racistas entre nosotros mismos” toda una paradoja…. Regresando a las bondades de su gente, quiero contarles que pese a tantos problemas, pese al olvido del Estado, al abandono de todo un país, al abandono de políticos mal llamados dirigentes que solo visitan estas tierras en tiempos electorales y que una vez consiguen su cometido, jamás vuelven ni a dar las gracias, existe gente muy buena en esta tierra, gente negra que a diario trabaja por su Chocó, por su sangre y por su raza, gente que confía en el mañana diferente, en un mañana donde las oportunidades sean para todos y no para unos pocos, y no es politiquería ni campaña a un cargo público, NO, es trabajo de corazón, trabajo que solo Dios dará el pago y recompensa porque si algo tienen claro es que su objetivo es salvar generaciones de niños para cuando lleguen a hombres sean útiles a la sociedad que contribuyan a que la historia cambie, y bajo una vieja frase de cajón “Educa al niño de hoy y no castigarás al hombre mañana” transforman la vida de muchos niños a través de la formación deportiva, cultural y artística, un trabajo que vale más que el oro, que los mercados, los ladrillos y cemento con el que se compran votos. Trabajo que increíblemente cuenta con detractores y personas con corazones perversos que ponen piedras en el camino de tan buena labor y todo tiene una sola razón: No están en la rosca politiquera de la región, no le hacen campaña a nadie, no reciben dineros sujetos a condiciones políticas ni se prestan para deteriorar el erario público. Claro que este método de la “rosca” es una doctrina nacional y hasta internacional y no exclusiva del Chocó, pero como todo lo que se hace de corazón y por supuesto bien hecho siempre ha de ganarle la batalla al mal, las manos de estos ángeles negros siguen trabajando con la esperanza de que el Chocó algún día tenga el lugar que se merece, que las condiciones de vida en esta tierra sean las mismas que las que tiene un habitante de Cali o uno de Bogotá, que se eduque con corazón y con calidad, que el anonimato y la pobreza sea solo historia y no un estilo de vida. Ahh! ¿Recuerdan que al inicio comentaba que unos indígenas bloquearon el paso de Quibdó a Medellín? Pues bien, resulta que con mucha razón estas personas optaron por las vías de hecho para exigir un derecho fundamental: El de la Salud, Caprecom la entidad corrupta y de fines vulnerados es quien debe prestar el servicio de salud a esta comunidad, pero literalmente a diario mendigan una atención médica o una simple pastilla, ¿ven por qué digo que son invisibles? hasta para los medios de comunicación parece que no existieran, si la vía bloqueada fuera la entrada a Bogotá o Cali seguramente Caracol y RCN habrían llevado enviados especiales a cubrir la noticia. Bueno, cuando llegó la hora de partir tuve que comprometerme con migo mismo a que la historiad de esta región debe cambiar, llevando a los medios mi voz de protesta por su abandono periodístico, es que tanto es el abandono que el pasado 2 de mayo se cumplieron 9 años del peor atentado terrorista en Colombia; Bojayá 119 personas muertas por las farc y ni Caracol ni RCN ni ningún medio recordó las memorias de quienes injustamente perdieron sus vidas, no quiero ser exagerado pero el atentado del Club el Nogal en Bogotá es recordado cada año y fueron los mismos terroristas, en el mismo país, la misma bandera.. ¿qué pasa? Saliendo del Caraño (Aeropuerto de Quibdó) a Medellín luego de 30 minutos de vuelo era como teletransportarse a dimensiones del tiempo diferentes, procedía de 30 años atrás y luego aterricé en el 2011.

Feliz partí de Quibdó con destino a mi Valle del Cauca, feliz de ver que en manos de estas personas están las esperanzas de un pueblo y que no todo está perdido, espero volver y por supuesto contribuir a través de mi organización con un granito de arena que lleve oportunidades a tan grandiosa comunidad.

Jeff

2 comentarios:

  1. Me gusto la cronica, colombia como decia jaime bateman cayon es un sancocho, una mescolanza de etnias, las diversas idiosincracias hacen semejar cada region del pais, a una pequeña republica, el abandono del estado a estas regiones arraigado a fenomenos socioeconomicos complejos es una realidad oprobiosa descarada, pero a pesar de todos los problemas quizas lo mejor del colombiano es su creatividad, su perseverancia a pesar de tener todos los males que puede encarnar una nacion, su gente se ingenia para sobrevivir en las peores condiciones, o en que otro pais del mundo se suben a los buses a vender de todo!!!

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  2. Gracias por compartir tu experiencia de viaje a está olvidada tierra colombiana!... es importante que el planeta esté habitado por seres sensibles que sueñen con un mundo diferente y equilibrado social, cultural y económicamente!...

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