martes, 10 de agosto de 2010

Una Princesa que se convirtió en Cenicienta, y que ahora quiere ser Reina...


Como todos mis amigos saben, yo nací en Tuluá, linda tierra del centro del Valle, pero también saben todo el amor que siento por Cali, por una ciudad que logró ser la mas admirada, la mas hermosa la mas culta, la mas.. entre las grandes, reconocida no solo en Colombia sino a nivel continental como una gran sultana... sultana que vio nacer a sus hijos, hijo ingratos y desdichados que casi derrumban el gran reino donde la princesa era la primera entre las herederas.
La Sultana logró ser imponente en todos sus atributos, creció,  se hizo grande y poderosa, fue admirada por encima de sus hermanas Bogotá y Medellín, que como buenas hermanas gozaban y disfrutaban de los éxitos de su hermanita la sultana. En esos tiempos las otras dos princesas eran cenicientas víctimas de la falta de amor de sus hijos y sufrían la violencia y el abandono de hombres insensatos que lograron llevarlas al abismo.
La hermosa Sultana recibió en su palacio a muchos hijos adoptivos que llegaron de reinos cercanos, reinos donde la pobreza y la violencia apabullaron a sus residentes, y,  pidieron a la Sultana una oportunidad para hacer de su palacio su propia casa.. sin mas ni menos todos podían convivir en el plácido reino de la sultana, donde Dios mismo propició un clima semejante al paraíso, cálidas temperaturas, cielos azules, nubes tan blancas como la nieve, el sol mas radiante de entre todos los reinos y un aire excelso que refresca cada rincón de su paraíso en la tierra...
Al cabo de unos años, la hermosa sultana fue testigo de su propio sufrimiento, testigo atónita de ver como unos de sus hijos con riquezas vanas se estaban enfrentando con los hijos de su hermana Medellín, llegando a atravesar con balas de cañón su castillo e hiriendo de muerte a miles de hijos inocentes con sigo el sol radiante fue perdiendo su brillo, las nubes se hicieron grises, el aire excelso de soplar y poco a poco el gran palacio se fue desmoronando y la hermosa sultana vagó por las calles de su reino viendo como los hijos que había adoptado se volvieron contra ella, el perdieron el respeto, también como sus propios hijos parecía dejaron de amarla y quienes administraban sus bienes se volvieron sus enemigos y la llevaron esclava a la desidia y al abandono. Por fortuna sus hermanas Bogotá y Medellín habían crecido y lograron ser grandes princesas, a la primera se dice que un loco lituano logró convertirla en una metrópolis con la ayuda de un sabio Enrique quienes con unos buses rojos hicieron de esta la meca de las mecas, la segunda tuvo una primavera en pleno invierno y se perpetuo como princesa favorita.
La suerte de la hermosa Sultana aun no cambiaba y sus indolentes hijos seguían desmoronando lo poco que quedaba, un embajador del cielo fue despedido a cañones mientras un tal Apolinar dirigía a bastón y lazarillos las ruinas del palacio y entre bombas y dolor se desmoronaba cada día mas aquella sultana víctima de un cáncer consumado por tumores llamados farc y corrupción,  además viendo entre sus ojos la sangre de sus hijos algunos culpables y la gran mayoría solo víctimas de sus mismos hermanos.
Como si el cielo estuviera triste, de esa forma, se podía describir la desaparición del cielo azul, ni Dios mismo quería ser testigo de la ecatombe que consumía a tan bella sultana en casi 20 años, donde ni sus hijos tenían ganas de luchar, o si las tenían,  los malévolos engendros del reino se oponían flagelando cada vez un reino con estados apocalípticos y sin redención a la vista.
Todo parecía no tener fin, pero sí lo tenía, no el de la hermosa sultana, sino el de esos 20 años de dolor, 20 años de ruinas y decadencias que Dios en el cielo se cansó de ver y quizo darle una manito a esta princesa hecha cenicienta por sus hijos, y les dio valor y coraje para hacer frente a sus malos hermanos, con el corazón roto y los ojos empañados de lágrimas marcharon por entre las ruinas y dijeron NO MAS, NO MAS dolor, NO MAS FARC, NO MAS tristezas, y como un milagro el cielo empezó a despejarse, el aire excelso volvió a soplar, las nubes aunque aun grises se habrían paso para que el sol radiante volviera a brillar.. yo mismo fui testigo como hijo adoptivo de este reino pero amante de la hermosa Sultana como la esperanza comenzó a latir, la cultura y el amor de los hijos propios o adoptivos de aquella cenicienta Latió tan fuerte que en solo dos años logró transformar su dolor en alegría, logró hacer que los ojos de los hijos que la abandonaron volvieran a ella, que sus visitantes la admiraran de nuevo, que la amaran como nunca debió dejar de serlo, que le dijeran a la hermosa Sultana que otra vez es una princesa, una sultana que gracias a hijos que la aman logró hacer que su corazón latiera con mas fuerza.. tanto que hoy quiere dejar de ser princesa; pero no para ser mas cenicienta sino para ser la reina de entre todas las bellas, porque así como sus hermanas Dios le dio una nueva oportunidad, como Bogotá unos buses pero esta vez azules como el cielo la hacen mas hermosa que nunca, ahora se prepara para una remodelación en su palacio, ya sabremos que debemos tener paciencia, pero todo sea por que la hermosa Sultana recupere el ligar que jamás debió perder, un lugar que ahora se hace realidad gracias a que la sultana es ahora más Cálida...

Jeff