América de Cali |
No sé cómo ni a qué horas el
fútbol empezó a ser parte casi
sobrenatural de mi existencia, digo casi sobrenatural porque cuando estoy en examen
de conciencia me parece poco normal y hasta absurdo saltar y llorar de la felicidad por pasiones
desbordadas cuando uno de mis equipos sale victorioso, o peor aún cuando he
llorado casi inconsolable por casos contrarios. Y es que recuerdo que desde
niño pasaba mucha parte de mi tiempo intentando saltar tan alto como Benji
Price el súper arquero de los Súper Campeones, me reclamaba el porqué mis
amigos y yo no podíamos hacerlo como él, o, patear el balón tan duro como
Oliver Atom, recorrer la cancha de par a par como Steve Hyuga mediocampista de la misma serie, frustrante dedicar una hora
del día a ver televisión solo para aprender técnicas que podrían hacerme jugar
mejor y que luego en la cancha del barrio resultara que no sirvió para nada y
que seguía siendo un tronco. Ah, y es
que solo por informarles les cuento que mi pasión desbordada por el fútbol es inversamente
proporcional a mi talento para jugarlo: MALO, soy muy malo jugando, en 25 años de
vida aún sigo siendo el suplente que nadie quiere que le llegue el turno para
salir a la cancha, además puedo convertirme en toda una “guadaña” cuando de
querer avanzar se trata., mejor dicho, seguiré amando el fútbol desde las
graderías o frente a la pantalla de un televisor o al alcance sonoro de una
transmisión radial. Mi mamá y quienes han compartido convivencia conmigo
procuran no dejar el control remoto del tv a mi alcance porque saben que
pasando los canales puedo encontrarme con un recuadro verde, un estadio colmado
de hinchas y 22 jugadores en la cancha que me harán detenerme a mirar al menos
información del encuentro para luego tomar la decisión de seguir pasando los canales o definitivamente ver el
juego, casi siempre tomo la segunda opción.
La Selección Colombia
Copa América 2001 |
Como casi todos los colombianos,
he perdido mucho tiempo de mi vida viendo partidos de la selección Colombia,
digamos desde que tengo uso de razón futbolera (1995 en adelante) pude ser
testigo de la clasificación al último mundial al que asistimos: “Francia 98”
luego en ese gran certamen empecé a padecer lo que serían los siguientes 13
años de selección Colombia: Caída frente a Rumania, Victoria frente a Túnez
(Gol de Leider) y repetición de la caída esta vez ante Inglaterra. Luego vino la única gran dicha que celebramos
como hinchas de la selección Colombia: La Copa América 2001, en resumidas
cuentas el domingo de la final ante México la sangre me hirvió literalmente y
sentí tanta adrenalina como seguro antes no había sentido, se transformó en
euforia y gritos de alegría luego del tremendo gol de Iván Ramiro Córdoba que
nos dio la merecida, anhelada y única copa levantada por nuestra selección… ¿Para
qué hablar de la copa Confedereaciones y de las demás copas Américas jugadas en
adelante? Perú, Venezuela y Argentina… la historia habla por sí sola. Ah,
también sobra mencionar las tristes eliminaciones a los mundiales de Japón – Corea, Alemania y Sudáfrica;
amistosos van, amistosos vienen, las selecciones menores y sus sudamericanos,
que la selección Colombia femenina, que el mundial de Colombia en 2011 y su
eliminación ante México… bueno, muchos ires y venires para un hincha apasionado que solo la irracionalidad
podrá hacer que siga ahí, sudando desde
el televisor por cada minuto que pasa en la cancha sufriendo y perdiendo casi
de costumbre, ganando como en el último año pero siempre ahí, un buen hincha
estará en las buenas, en las malas y en las malísimas. De mi parte, habrá
hincha de la selección hasta que los muiscas, los tayrona o los calima
vaticinen el fin.
América De Cali
Quizás
mi mayor motivación futbolera, la que me ha sacado las mayores dichas y que en
contraste me ha sacado las más grandes frustraciones y tristezas en materia
futbolística ha sido mi preciado y amado América de Cali, mis ojos cayeron al
encanto que me produce el color rojo, desde mis más remotos recuerdos vagan
imágenes de euforia desconocida por saber que América había llegado a la final
de la Libertadores del 96 frente al también apreciado River Plate, la tristeza
descomunal de mi hermano por la derrota posterior pudo contagiarme… desde ahí
creo que empezó mi fiel pacto como hincha de uno de los mejores equipos de Colombia,
para mí, el mejor. En el mismo 1996 la IFFHS calificó al América de Cali como
el segundo mejor equipo del mundo después del Juventus de Italia. Mi papá hincha del Deportes Quindío equipo de
su tierra antes lo molestaba diciéndole que debía mudarse a ser hincha del
América para que tuviera cierta dicha de títulos y triunfos; ahora es él quien
me dice que me espera en las tribunas del Centenario porque al menos Quindío sí
está en la A. Mi mamá y primos hinchas
casi furibundos de los azucareros, mi hermana poco o nada entiende de fútbol y
solo uno de mis hermanos y sobrinos
comparten conmigo el viacrucis de ser hincha del rojo. Creerán que tanta pasión por el América de
Cali me permite “Odiar o detestar” a nuestro rival de patio, pero no, aprecio mucho al
Deportivo Cali por la simple razón que es también un equipo que representa el
fútbol de la capital vallecaucana, saben el tremendo amor que me une a Cali y
por eso sería ilógico “odiar” lo que es de la sultana.
Recuerdo como si fuera ayer aquel
1999, año glorioso para mi América por ganar nuestro primero torneo
internacional; la Merconorte estaba en nuestro bolsillo luego de una agónica
definición por penaltis ante Santa Fe, ese mismo año resultamos subcampeones
ante un siempre duro rival como Nacional, creo que desde ahí todo lo que
aconteció con los rojos se ha quedado grabado en mi mente. Ser campeones en
2000 (por puntos), 2001 (Contra Medellín) y 2002 (Contra Nacional) de la mano
del inolvidable Jaime de la Pava presagiaba un gran futuro y un presente con
una gran emoción y un elixir de felicidad incontrolable, la copa libertadores
de 2001 con madrazos y rechiflas a don Luis Barbat tampoco se olvidan luego la
eliminación ante Rosario Central (Rosario también está en la B, van para 3
años) Otra de las Libertadores que creo que jamás dejaré de recordar es la del
2003, cuando América cayó humillado en el primer juego ante Santos de Brasil
1-5 en Cali!!! Tuve la fortuna de asistir a ese juego y la rabia por la
aplastante derrota se hizo notar durante días, ah, Julián Viáfara arquero de
entonces se ganó un enemigo a distancia, escribí correos electrónicos al equipo
y llevé cartas a la sede quejándome de la mala actuación del guardametas escarlata…
la indignación era total. Pese al perverso comienzo América llegó hasta
semifinales del torneo continental de la mano del siempre grande Fernando
Castro (el pecoso) en esa ocasión vencimos en cuartos de final al apreciado
River Plate con jalada de pelo y todo de nuestro DT a Claudio Hussaín de los de
la banda roja, el partido estaba caliente y América estaba pasando a semis. Todo
terminó con una muy mala actuación de los escarlatas frente a Boca por el paso
a la final, literalmente terminamos de la misma manera en que empezamos la
Libertadores “aplastados” porque los xeneizes en el global nos hicieron un 6-0.
Lo único rescatable de aquel torneo fue que entonces dos equipos colombianos
disputaron las semifinales al tiempo: Medellín y América hicieron historia.
Desde entonces no acontece nada glorioso en materia internacional. Por los
lados de las competencias locales la situación empezaba a ponerse difícil para el
América y por supuesto para todos quienes de corazón teníamos comprometida la
bandera, los problemas económicos ahondaron una tremenda crisis que se reflejó
en lo futbolístico al punto de acercarnos peligrosamente a la zona de descenso,
debo reconocer que temí lo peor en esos días, pero al fin siempre confié en que
un equipo tan grande jamás perdería su categoría… (en ese entonces no imaginaba
lo que vendría) salvo la llegada del Tigre Gareca a la dirección técnica en
2006 no hubo nada de emocionante para nuestro equipo desde la libertadores
2003, y luego por los mismos problemas económicos el argentino tuvo que
marcharse del equipo empeorando el futuro de la institución al punto que en
2007 estábamos no solo en “zona de descenso” sino “comprometidos con el
descenso”, por fortuna llegó Diego Edison Umaña a espantarnos el fantasma de la
B y a acercarnos a la esperanza de la 13 con una excelente participación en los
cuadrangulares del finalización 2007 que casi nos llevan a la final hasta la
última fecha, un subcampeonato en el apertura 2008 frente a Boyacá Chicó (debo
reconocer que Boyacá fue merecido campeón) y el aclamado título en aquel
glorioso 21 de diciembre de 2008… una verdadera fiesta la vivida en aquel
momento, será porque los años van pasando y se disfruta más. O, porque simplemente ya el América se había
convertido en una apéndice de mi vida. Será
porque la estrella 13 fue la más limpia,
merecida y luchada de toda nuestra historia. Será porque revivió las esperanzas de volver a ser el mejor equipo
de Colombia levantando las banderas caídas de quienes habían perdido la fe.
Lo que faltaba por vivir
Estadio Olímpico Pascual Guerrero |
Por más pesimistas que fuéramos,
los hinchas del América jamás pensamos que la situación fuera más allá de la
crisis económica y de resultados que seguramente creímos había terminado luego
del flamante título número 13, había con qué afanar más títulos, vaticinaba una
seguidilla de campeonatos similar a las sucedidas con De La Pava y Ochoa, pero
no, el título 13 fue un alto en nuestra historia porque desde entonces la
crisis se hizo más fuerte y la
inestabilidad institucional que además permeó en los ánimos de sus hinchas un
sin sabor de tristezas y pocas esperanzas de avanzar, era tanta la frustración
en lo deportivo que no volvimos a cuadrangulares finales desde 2008 hasta el
finalización 2011 (Nuestras últimas semifinales en liga), pasando por malas
experiencias denominadas DT como Jorge Bermúdez y Wilson Piedrahita, saco de
las malas experiencias a Álvaro Aponte, para mí, él fue un sujeto útil a la
institución pero que no lo dejaron trabajar como debía. La muy mala administración
del equipo y la crisis económica patrocinada por estar incluidos en la lista
Clinton llevaron a decisiones de orden deportivo que pusieron fin a las
esperanzas de sus más fieles seguidores. Luego de casi sentir alivio por el
descenso directo del Pereira y el cabeza
a cabeza con Itagüí en la lucha por esquivar la promoción, América plantó en su
historia un 11 de diciembre como fecha en que empezó su camino al verdadero
infierno, infierno para la institución y para sus apasionados hinchas que a ese
día no pensábamos lo que vendría. Ese 11 de diciembre América jugaría el
primero de los dos partidos más importantes de su historia: La promoción, sería
ante Patriotas de Tunja, ¿Quién tendría duda sobre el equipo que se quedaría en
la A? yo por ejemplo llegué a pensar que era pelea de tigre con burro amarrado
(Patriotas el burro) más cuando ningún equipo en Colombia había logrado
ascender por la vía de la promoción. Luego
de terminar el primer encuentro, el pensamiento de muchos hinchas incluyéndome
era otro, América parecía jugar con la suerte echada, la sed de victoria se
quedaba en los ánimos de los hinchas y en el pobre fútbol de nuestro equipo, la
angustia de pensar lo peor no me dejaba en paz, claro, mis papás y allegados
decían que obvio América no descendería, y yo seguía preguntándome el porqué de
aquel sentimiento por un equipo de fútbol, el porqué me apartaba de mi
racionalidad para permitirme vivir aquella experiencia, mejor dicho una prueba
de más en medio de la pasión futbolera. Pero bueno, lo peor de 2011 pasó el 17
de diciembre en Cali, América cayó por la vía de los penaltis y fue condenado a
jugar en la segunda división, la tristeza me llevó al llanto y a pensar en lo que sería de 2012 sin mi América en la Liga. Las burlas
y los chistes malos no se hicieron esperar, quizás hacían peor la experiencia, un
consuelo era pensar en River y Deportivo de la Coruña, dos grandes que para la
fecha también estaban en la B pero que hicieron de su paso por la segunda división
una efímera experiencia de un año, igual que Juventus en 2006. Puedo mofarme de la desgracia y decir “al
menos somos el único equipo grande en la B” o, “tenemos el mejor estadio de la
B” charlas van y charlas vienen, y pese a la gran ilusión a mitad de 2012
frente a Magdalena y a la repetida angustia frente a Petrolera y Cúcuta, no cabe duda
que los hinchas del América quisiéramos ver a nuestro equipo en la A, no cabe
duda que el verdadero clásico en el Pascual es entre nuestro América y el
Deportivo Cali, no con el Cortuluá o el Aguablanca, como tampoco cabe duda, que pase lo que pase,
en la A o en la B, o incluso en su memoria, los hinchas, los verdaderos hinchas seguiremos
siéndolo hasta el fin de nuestros días.
Para terminar quiero dejar claro que a lo que llamo "parte sobrenatural" en cuanto a la pasión del fútbol hago referencia a lo que este deporte causa en quienes nos fascinamos de su arte, afectando emocionalmente la vida particular de quien se permite sentir tal intensidad por cualquiera sea el equipo de fútbol al que siga independiente de si se llama América, Cortuluá, Nacional, Tolima, Boca, Millonarios, Real Madrid, Deportivo Tapitas, etcétera. Desde el momento que haya odio y violencia en nuestra pasión por el fútbol, deja de ser sobrenatural y se convierte en un acto irracional que daña, ni el fútbol ni ningún ente deportivo, artístico, religioso o político debe motivarnos dañar a quien no piensa o sigue lo que nosotros; si sucede, entonces estamos en un error. Ya en Colombia hemos vivido experiencias irracionales como el asesinato de Andrés Escobar, el de hinchas a manos de otros que se dicen llamar "hinchas", destrozos en estadios y alrededores.. en fin, cualquiera sea nuestra pasión se debe vivir en paz.
Para terminar quiero dejar claro que a lo que llamo "parte sobrenatural" en cuanto a la pasión del fútbol hago referencia a lo que este deporte causa en quienes nos fascinamos de su arte, afectando emocionalmente la vida particular de quien se permite sentir tal intensidad por cualquiera sea el equipo de fútbol al que siga independiente de si se llama América, Cortuluá, Nacional, Tolima, Boca, Millonarios, Real Madrid, Deportivo Tapitas, etcétera. Desde el momento que haya odio y violencia en nuestra pasión por el fútbol, deja de ser sobrenatural y se convierte en un acto irracional que daña, ni el fútbol ni ningún ente deportivo, artístico, religioso o político debe motivarnos dañar a quien no piensa o sigue lo que nosotros; si sucede, entonces estamos en un error. Ya en Colombia hemos vivido experiencias irracionales como el asesinato de Andrés Escobar, el de hinchas a manos de otros que se dicen llamar "hinchas", destrozos en estadios y alrededores.. en fin, cualquiera sea nuestra pasión se debe vivir en paz.
Jeff
No hay comentarios:
Publicar un comentario