¿Ejercer control? ¿Representar
intereses del pueblo? O, ¿Crítica destructiva? ¿Disfrazar la democracia en sus intereses
ideológicos? ¿A qué se parece el significado de oposición en Colombia?
Hacer oposición se ha convertido en Colombia en
sinónimo de venganza política, de radicalismos mediáticos de izquierda y
derecha con un solo propósito: El poder. Atropellan el principio fundamental de
un gobierno; El de garantizar el derecho a la vida digna de los ciudadanos que
hacen parte del estado o de su jurisdicción. (Distrito o municipio) supondríamos
que quienes están del otro lado del gobierno, deberán impedir que el ejecutivo
y el legislativo pretendan acciones que vayan en contra vía de la equidad
social, de la masificación de los derechos fundamentales. Y como bien sabemos
ni el estado colombiano ha sido responsable durante décadas de sus
responsabilidades y la oposición se
olvidó del concepto de democracia; resultado, una mal llamada brecha social con
cara de “precipicio social” porque la distancia es muy grande entre quienes gozan de comodidades y los que
no tienen ni agua potable.
No hay oportunidad de llegar a defender uno u otro bando, derecha o
izquierda en Colombia han dado muestra de su incapacidad de cumplir su objeto
en la sociedad, sus intereses ideológicos han llevado al desangre de
una nación sin conciencia ni memoria, FARC, ELN, AUC y BACRIM son
muestra del radicalismo solo separados
por colores e ideologías pero unidos por la sed del poder, de estar encima del
otro, de mandar.
Vivimos en una utopía de democracia vendida por
algunos medios de comunicación, seguramente con intenciones de una favorable
imagen de los gobiernos de turno y un mercadeo a medias de lo que busca ofrecer
la cara amable, de rescatar lo valioso de un país, donde quienes no hacen parte
de la coalición son considerados
enemigos, piedras en el zapato, llevados
a la palestra de los medios y que sean juzgados por razones aparentes de
rebeldía y de inconformidad generalizada sin oportunidad de defensa.
Tomada de www.inflacion.com.co |
Vimos en Colombia como el Polo Democrático hizo
firme y franca oposición al gobierno del ex presidente Álvaro Uribe Vélez
argumentando razones de respeto a la Constitución de 1991, apostaron a una
dignidad política que incluso de parte de personas del oficialismo lograron su
admiración. Desde 2004, este partido logró la aprobación de la ciudadanía
bogotana y fue junto a Luís Eduardo Garzón cuando tuvieron la gran y primera
oportunidad de gobernar en el segundo cargo más importante de Colombia y
demostrar que desde allí no cometerían los errores y faltas que tanto ellos criticaban y que además dejaba de ser crítica
para volverse un acto de desacreditación del gobierno de turno sin oportunidad
a la enmienda ni a la contra propuesta cuyo único fin debía ser el beneficio de
los colombianos. Quizás de la administración de Garzón no haya mucho que decir,
opino que en lo social hubo suficiente aporte pero en materia de
infraestructura la ciudad se detuvo. Hubo una segunda confianza del pueblo, ustedes
ya conocen la historia de la catástrofe administrativa, política y de orden
público (seguridad y movilidad) a la que el principal opositor del gobierno de
turno llevó a la capital del país esta vez en cabeza de Samuel Moreno. No
lapido al Polo Democrático por los actos cometidos por este personaje y otros
miembros de su partido, lo hago por su falta de control político en la
situación y a la acérrima defensa
emprendida por este movimiento con respecto a la escandalosa situación, lo
sorprendente del caso es que el partido oficialista del gobierno Uribe, el de
la U, hacía parte de la coalición de la administración de Samuel Moreno, no me
opongo a que se hagan coaliciones de partidos con ideologías diferentes, pero
sí a que esta se hiciese con un único fin: el de direccionar las arcas del
distrito a sus beneficios particulares, el erario público se vio seriamente
comprometido gracias a esta nefasta unión política. ¿Dónde quedó la oposición?
¿Tuvo precio la imponderable actividad de ejercer control político?
Tanto derecha como izquierda han tenido oportunidad
de estar en ambas posiciones de gobierno, la primera como jefe del ejecutivo y la
segunda en el palacio del Lievano desde hace 8 años. De parte y parte en su
calidad de generar oposición no se ha logrado frenar el interés partidista de
quienes están en el poder, es claro que la coalición desde el ejecutivo y el
legislativo hacen una inmensa mayoría en la que la oposición parece aguja en un
pajar, así que es poco lo que de buenas intenciones podría hacerse. Claro está
rescatando personajes que arriesgaron su pellejo denunciando las infamias cometidas
por el anterior gobierno y que en mi
humilde opinión creo que toda el agua sucia no se puede dejar en el periodo 2002 – 2010, podría citar a los ex
presidentes Andrés Pastrana, Ernesto Samper, César Gaviria y otros, y declararlos culpables de la hecatombe social
que vive Colombia, de “retirar” su puñado de arena que agrandó el abismo que
separa a los ciudadanos de sus derechos básicos, solo es dar una vuelta y mirar
la realidad en la educación, en la salud, en seguridad, en las condiciones
indignas en que viven tantos colombianos, seguramente no habría razón moral ni
ética para tirarle piedras a ningún sucesor.
Mientras haya intereses particulares en medio de
los sociales, mientras la mala costumbre de enriquecerse a costa del erario
público sea una prioridad de quienes son elegidos por el pueblo subyugado, y
que a su vez estos elijan a sus “veedores” y entes de control como contralores,
seguiremos viendo locomotoras varadas, una prosperidad exclusiva para unos
afortunados y una seguridad democrática condicionada. Quiero dejar claro que lo escrito es
totalmente una columna de opinión, quien no esté de acuerdo podrá participarlo
en franca tolerancia.
Para terminar, quiero mencionar uno de mis contactos de twitter quien hizo
este valioso aporte “Siempre será mejor y más
fácil criticar, lo difícil es pasar a una crítica pro-positiva” por @Juribun.
Jeff
Inobjetable reflexión, el control político en Colombia es solo un garrote para obtener prebendas y beneficios; por lo demás las ideologías de izquierda y derecha extremas terminan convergiendo en todo aquello que insinué tranquilidad, igualdad y progreso para los Colombianos de a pie; solo mira lo que la ley de restitución de tierras logra, que Uribe y Robledo desde sus extremos opuestos la denigren.
ResponderEliminarEn Colombia NO saben hacer oposición, solo se remiten a decirle NO a los programas gubernamentales, sin los argumentos necesarios para tal fín. O en el peor de los casos, a viajar a costa de los colombianos, al extranjero para hablar mal del país (ej. el Senador Alexander Lopez)....
ResponderEliminarGracias por los comentarios señores, un fuerte abrazo y seguiremos en el debate.
ResponderEliminarMientras el poder signifique entrada de grandes cantidades de dinero a los bolsillos, favores políticos como la lotería de los puestos que saca el balón del estadio, mostrando a las afueras la hambruna en la que vivimos y la corrupción que mientras estamos fuera decimos no hacer parte de ella, pero de seguro que si nos cae el balón a nadie se le ocurre devolverlo al estadio. Es decir, hemos venido trayendo consigo una tradición de mentirillas piadosas, de si lo haces tu o yo está bien, pero si lo hacen los demás no, pues son los ladrones de turno. Lo que digo con esta otra cara de la moneda es que muestras claramente lo que es una radiografía del poder político en Colombia mientras lo tienes eres porquería y cuando no lo tienes eres casi el salvador, el nuevo libertador que remueve los restos de Bolívar en su tumba.
ResponderEliminarYo propongo que nosotros los cuasi nuevos portadores de una voz seamos un poco más que ello, seamos comunidad organizada que exija a los actuales gobiernos el cumplimiento de sus programas y la participación de la cual reza la actual constitución política o carta magna, tan prostituida como poco leída por nosotros los colombianos a veces sin país, sin nación y grandes imitadores como para concursos de yo me llamo u otros tantos estúpidos formatos. Espero no herir susceptibilidades. Cada vez mejor Jefferson Un abrazo
De todas tus crónicas y reflexiones, debo decir que está ha sido una de las que más me ha llamado la atención, será porque es un tema tan fácil y a la vez tan arduo de abordar, pero por ser una realidad tan inexorable obliga a replantearnos siempre en manos de quien dejamos el gobierno colombiano. Hay una frase al comienzo de tu crónica que sin duda alguna, engloba y comprende gran parte de toda tu reflexión: "Hacer oposición se ha convertido en Colombia en sinónimo de venganza política, de radicalismos mediáticos de izquierda y derecha con un solo propósito: El poder." 25 palabras que resumen una realidad colombiana decepcionante. Tanto izquierda como derecha, tienen en sus hombros miles de muertos, gente inocente perjudicada por sus ámbitos de grandeza y un país herido ante la burla que hacen ciertos sectores políticos colombianos al mendigar apoyo mediante la democracia, y después olvidar por quienes pueden ostentar un título en la política de Colombia. Y tu bien lo dijiste, mientras haya intereses personales, seguiremos viendo una prosperidad exclusiva para unos afortunados y una seguridad democrática condicionada...
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