Foto Oficial VI Cumbre de las Américas (Vanguardia Liberal) |
Por estos días ha sido frecuente escuchar y leer
diferentes análisis al respecto del fracaso o éxito de la VI Cumbre de las
Américas en Cartagena de Indias. Como es claro, y si se lleva a los límites de
acuerdos pactados entre mandatarios, le damos la razón a quienes concluyen que fue un fracaso, ya que, gracias a la prematura partida de mandatarios como Ollanta Humala, Cristina
Fernández y Evo Morales no hubo consenso para una declaración final.
Pero, ¿a caso las anteriores versiones del
encuentro presidencial fueron exitosas? Me atrevería a decir que no, y no
porque pretenda justificar o restarle importancia al fracaso de VI Cumbre llevada a cabo en mi país, sino,
porque las declaraciones finales de las cinco anteriores y la extraordinaria
fueron solo muestra de las grandes intenciones de los gobernantes por cambiar
el panorama social de miseria, pobreza e indigencia de sus naciones, pero, a la
luz de la realidad latinoamericana, nuestros países sufren la inclemencia de un
desarrollo condicionado y una prosperidad limitada para unos pocos, un común
denominador desde Argentina a México incluyendo las islas caribeñas que, pese al crecimiento económico significativo de
Brasil, México y el surgimiento de emergentes como Colombia, Argentina y Perú
resulta paradójico que los niveles de pobreza se reduzcan solo en el papel, los
actos de corrupción que sobrepasan los más sensibles límites de moralidad y
ética, la violencia que sacude naciones enteras, y, la
lucha contra las drogas que parece un juego de ajedrez donde el pueblo
representado en peones son el escudo de capos y narcotraficantes que por años parecen
haber sembrado una maleza casi imposible de exterminar, con victoria anticipada de la guerra frente a la
supuesta “incansable lucha” contra las drogas de parte de las autoridades y
gobiernos, que, con bajas, capturas y decomiso de cargamentos creen apuntarse grandes
resultados, pero, quienes vivimos en países productores y consumidores somos
testigos del empoderamiento de tan terrible mal.
Las Cumbres:
He aquí un
especial sobre la síntesis de las declaraciones al finalizar cada una de las
versiones anteriores:
I
Cumbre de las Américas, 1994, Miami Estados Unidos,
se redactó una declaración que a la vista del pueblo latinoamericano, incluso a
los del otro lado del planeta, vislumbraba a un continente que se erigía y
mostraba su fortalecimiento en cabeza de Canadá y Estados Unidos comprometidos en
“Pacto para el Desarrollo y la Prosperidad:
Democracia, Libre Comercio y Desarrollo Sostenible en las Américas” el
cual se pudo considerar la hoja de ruta de los gobiernos para los siguientes años antes de la
siguiente cumbre, además, se comprometieron puntualmente en “Erradicar
la Pobreza y la Discriminación en Nuestro Hemisferio” Han pasado 18
años desde entonces y el plan de acción que mencionaba entre otras cosas
garantizar educación de calidad y salud para todos sin distinción alguna no se
cumplió.
II
Cumbre de las Américas, 1998, Santiago de Chile,
Entre otras cosas importantes y de grandes ilusiones literarias, la declaración
de esta cumbre dice “Redoblaremos nuestros
esfuerzos para continuar las reformas destinadas a mejorar las condiciones de
vida de los pueblos de las Américas y lograr una comunidad solidaria” y, “Estamos
decididos a eliminar las barreras que niegan a los pobres el acceso a la
nutrición adecuada, a los servicios sociales, a un medio ambiente sano, al
crédito y a los títulos legales de sus propiedades. Proporcionaremos un mayor
apoyo a las micro y pequeñas empresas, promoveremos las normas laborales
fundamentales reconocidas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y
utilizaremos nuevas tecnologías para mejorar las condiciones de salud de todas
las familias en las Américas, con el apoyo técnico de la Organización
Panamericana de la Salud (OPS), logrando mayores niveles de equidad y
desarrollo sostenible. Además
se menciona un inquebrantable ánimo de terminar la lucha contra las drogas
luego de poder derrotar el narcotráfico, la defensa de los medios de
comunicación como libertad de expresión y una afanada defensa de los derechos humanos
para la región. Solo es cuestión de mirar a la calle, y concluir.
III
Cumbre de las Américas, 2001, Quebec Canadá, Una vez
más, esta versión de la reunión continental no iba a ser la excepción en
materia de una majestuosa redacción que literalmente revive las esperanzas de
cualquiera que haya perdido la fe, algunos apartes como estos: “fortalecer
la democracia representativa, promover una eficiente gestión de gobierno y
proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales.* Buscamos crear
mayor prosperidad e incrementar las oportunidades económicas y, al mismo
tiempo, fomentar la justicia social y desarrollar el potencial humano” En
esta cumbre se reconoce el negativo impacto de la lucha contra el VIH/SIDA y,
entre los temas que pensaríamos nos ayudaría a salir del abismo en el que nos
tiene la corrupción, se planteó en el plan de acción esto: “Reconociendo que la buena gestión de los asuntos públicos
exige instituciones gubernamentales efectivas, representativas, transparentes y
públicamente responsables a todos los niveles, al igual que la participación
ciudadana, controles efectivos y el equilibrio y separación de poderes, y
teniendo en cuenta la función que desempeñan las tecnologías de información y
comunicación para el logro de dichos objetivos” y, 11 años después de la firma de esta declaración
de compromisos, vemos como fue más de lo mismo, donde particularmente en
Colombia no ha pasado nada al respecto en especial en materia de “la
transparencia de las instituciones gubernamentales”.
Cumbre
Extraordinaria de las Américas, 2004, Monterrey México,
desconozco la razón de emergencia por la cual se llevó a cabo una reunión
extraordinaria, aun cuando faltase un año para la siguiente cumbre a realizarse
en Mar del Plata Argentina. Esta vez, los mandatarios afirmaron y se
comprometieron a trabajar en “logro de tres
objetivos estrechamente vinculados e interdependientes: crecimiento
económico con equidad para reducir la
pobreza, desarrollo social y gobernabilidad
democrática” Como lo mencioné al principio,
sí ha habido crecimiento económico, pero este no ha sido proporcional a la
reducción de la pobreza, la equidad y el desarrollo social es insipiente.
IV
Cumbre de las Américas, 2005 Mar del Plata Argentina,
El lema de la cumbre fue: “Crear Trabajo para
Enfrentar la Pobreza y Fortalecer la Gobernabilidad Democrática”
se reafirmaron una vez más los compromisos para luchar contra la pobreza, la
equidad social y el rechazo a prácticas racistas y discriminatorias en todo el
hemisferio. Creo que en la cuarta cumbre era poco lo que quedaba para decir
luego de tantos intentos fallidos por pasar de las declaraciones a los hechos
concretos, bueno, quizás no hubo intentos, solo intenciones.
V
Cumbre de las Américas, 2009, Puerto España Trinidad y Tobago,
se renovaron los compromisos anteriores y se agregó un nuevo tema: Seguridad
Energética. El lema de esta cumbre casi calcó el de la primera en 1994 así: “Asegurar el futuro de nuestros ciudadanos promoviendo la
prosperidad humana, la seguridad
energética y la sostenibilidad ambiental” En
total se fijaron 97 artículos entre estos el de hacer especial seguimiento a
los compromisos pactados desde la primera cumbre, seguramente, se darían cuenta
que las declaraciones se estaban quedando solo en el papel. Algo que me
inquietó de esta cumbre fue lo mencionado en su artículo 30, relacionado a la prevención del consumo
de drogas en el continente, de ahí, un porqué del actual problema.
VI
Cumbre de las Américas, 2012, Cartagena de Indias Colombia,
En la más reciente de las reuniones presidenciales, no hubo declaración final,
se consideró un fracaso por ello al no definir consenso entre los mandatarios
para efectuar un tradicional documento desde sus inicios en 1994, algo atípico
en la historia del certamen pero que sin duda deja más que aprender, y es, la
autonomía de los estados centro y suramericanos en la toma de decisiones y no depender
de filosofías de los países del norte,
aun cuando temas álgidos como el de Cuba y lucha contra las drogas no dejó de
ser tema de discusión, claro, sin resultados.
El Parlamento de la Cumbre en Cartagena |
Cada quien desde su país podrá analizar si las declaraciones
anteriores han llevado consigo procesos de equidad y desarrollo social
visibles, lucha contra el narcotráfico y
de sostenibilidad ambiental efectivos relacionados con los documentos finales
de las cumbres mencionadas. Creo que
será suficiente con medir la calidad de
la educación, el acceso a salud, transporte y necesidades básicas sin ir más
allá de niveles pobreza que además son de fácil percepción en las ciudades
latinoamericanas.
La Realidad:
Un estudio de organizaciones no gubernamentales de Argentina
asegura que en este país hay cerca de 12 millones de pobres, de los cuales el
40% podría encontrarse bajo la línea de indigencia.
Recientemente en Perú el grupo terrorista Sendero Luminoso empezó
actividades de insurgencia tras haber sido “derrotados” militarmente en la
década del 90, ¿mal síntoma verdad? En
México se vive la más sanguinaria guerra entre carteles del narcotráfico que ha
cobrado en los últimos años más de 40
mil vidas y según las oficinas de medicina forense, en el país centroamericano
hay 18 asesinatos por cada 100 mil habitantes, literalmente el gobierno y sus
autoridades han perdido la batuta del conflicto. En Colombia grupos denominados “bandas
criminales” asechan en todo el territorio nacional disputándose el control del narcotráfico
y el microtráfico en los centros urbanos, dejando solo en Cali y Medellín más
de 5 mil muertos en 2011. Surgen preguntas como: ¿Dónde está el gobierno y las
autoridades? En Brasil la situación
según investigación del prestigioso diario mexicano El Economista.mx los
niveles de violencia son tan grandes como su población; 26.2 homicidios por
cada 100 mil habitantes en ciudades como Río de Janeiro, y van más allá, 1
millón cien mil personas fueron asesinadas en Brasil los últimos 30 años la
mayoría de ellos por enfrentamientos urbanos.
Continente Americano |
Según la CEPAL (comisión económica para América Latina) el índice
de pobreza en la región se han reducido en los últimos 20 años, pasando del
48,4% en 1990 a 31.4% en 2010 lo que indica que hay cerca de 177 millones de
pobres en Latinoamérica y de estos, el 39% se estima está bajo líneas de
pobreza extrema o indigencia. Según las cifras anteriores la tendencia es buena
y podría dejarnos en un futuro esperanzador, pero, la realidad de nuestros
pueblos parece no ser la misma que la CEPAL y los gobiernos analizan, más
cuando a Latinoamérica la aqueja un factor que es posiblemente el causante de
todos sus males; Corrupción, particularmente en Colombia ha sido el talón de Aquiles del verdadero y
sano desarrollo, no habrá prosperidad ni seguridad democrática mientras haya quienes
se opongan a que toda la población tenga los mismos derechos en la calidad de
la educación y en el servicio de salud, que no se distinga entre un pobre y un
rico a la hora de recibir una atención médica digna o cualquier derecho del que
el Estado sea el responsable de brindarle a sus ciudadanos, en pocas palabras: “mientras
un estado no garantice a sus habitantes la plena garantía de sus derechos, sin discriminación o señalamiento alguno; la
pobreza no se erradicará y con ella, la violencia y lo que consigo trae como
las actividades ilícitas no cesarán de agobiar esta región.
Para terminar, desde mi posición como colombiano y latino me
pregunto, ¿es cuestión de percepción las buenas cifras sobre disminución de
pobreza, de desempleo y de violencia? Me
atrevo a responder con el derecho que me da el ser activista de los derechos humanos
en especial por la población infantil y adolescencia, ser testigo de la
descomposición social que vive Colombia y que simplemente se refleja en el
diario vivir de los ciudadanos comunes y corrientes, por eso, creo que es solo
percepción transmitida por los medios de comunicación que se han hecho
cómplices de los gobiernos de turno para disfrazar la verdad, para atentar
contra la equidad y para vender al mundo más que una buena imagen; un país al interior de una esfera de cristal tan
frágil como el viento y tan a la espera de una hecatombe social. En palabras de
una ciudadana argentina Constanza Correa a la cual agradezco su atención y colaboración, que como latina vive y siente la misma situación a
8230 kilómetros de distancia de donde se escribe esta crónica: “creo que los medios
han influido en contra de lo social por desvirtuar la realidad adrede,
persiguiendo sus intereses particulares” Entonces, tanta diplomacia y tanto derroche de
recursos en la atención de jefes de estado, ¿vale la pena?
Jeff
Declaración de la I Cumbre de las Américas
Declaración II Cumbre de las Américas
Declaración III Cumbre de las Américas
Declaración Cumbre Extraordinaria
Declaración IV Cumbre de las
Américas
Declaración V Cumbre de las
Américas